Horno infrarrojos de placas

• Sensor para la medición exacta de la profundidad de combadura del material con señal acústica y óptica (solo en 701E40=S)
• La función de giro permite un cambio rápido en un mínimo espacio entre la superficie de trabajo recubierta de teflón y el marco de vacío
• Los tubos de infrarrojos de cuarzo de alta tecnología que incluyen reflectores individuales garantizan un calentamiento homogéneo
• El medidor de temperatura permite el control permanente de la temperatura superficial del material
• Manejo sencillo mediante un elemento central con entrada de valor nominal de la temperatura y función de temporizador
• Función de memoria para procesos de calentamiento definidos por el usuario
• Indicación gráfica del desarrollo de la temperatura
• Carcasa con aislamiento térmico y completamente cerrada
• Puerta corredera para ahorro de espacio
• Panel frontal de acero inoxidable con 3 ventanillas

El funcionamiento marca la diferencia: en los hornos de aire convencionales, el calentamiento de un objeto se produce mediante la admisión del calor ambiental en un espacio cerrado. En cambio, en los hornos de infrarrojos, el calor se origina en forma de ondas electromagnéticas que son directamente captadas (absorbidas) por el material. Esto tiene muchas ventajas: mayor velocidad, mayor productividad y una eficiencia energética más elevada.

Un horno de infrarrojos de Ottobock calienta los plásticos muy rápidamente. El calentamiento de una lámina de polipropileno de 4 mm de grosor puede realizarse en solo 4 a 6 minutos. Para ello los hornos de infrarrojos no necesitan precalentarse, el calor de radiación está disponible al completo inmediatamente. Esto reduce sustancialmente el consumo de energía en el taller de ortopedia.